Uso desenfrenado de agua subterránea altera la inclinación de la Tierra, revela estudio

Un estudio reciente publicado en la revista Geophysical Research Letters ha revelado un impacto significativo del uso desenfrenado de agua subterránea en la inclinación de nuestro planeta. La explotación intensiva de acuíferos para satisfacer las necesidades de consumo humano y riego de cultivos ha generado un desequilibrio en la distribución del agua en la Tierra, resultando en un desplazamiento observado de 80.01 centimetros hacia el este en la inclinación de nuestro planeta.

El autor principal del estudio, Ki-Weon Seo, profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad Nacional de Seúl, Corea del Sur, señala: "El eje de rotación de la Tierra cambia mucho". Agrega: "Nuestro estudio muestra que, entre las causas relacionadas con el clima, la redistribución de las aguas subterráneas tiene en realidad el mayor impacto en la deriva del eje de rotación".

La Tierra, aunque se piensa comúnmente como una esfera perfecta, es un esferoide achatado. Durante su rotación, gira como un trompo, a pesar de que la velocidad es tan alta que no es perceptible para nosotros. Sin embargo, si se desplaza una masa suficiente de un lugar a otro, el planeta se tambalea mientras gira.

El eje de giro, también conocido como polo de rotación de la Tierra, está inclinado aproximadamente 23.5 grados con respecto al plano de nuestra órbita alrededor del sol, lo que resulta en la existencia de estaciones. El cambio estacional está vinculado al ángulo del eje de rotación del planeta y, a lo largo del tiempo geológico, una variación en el eje podría afectar el clima a escala global.

Aunque se conocen cambios periódicos en el eje de rotación causados por otros fenómenos, los investigadores se centraron en los cambios a largo plazo y, específicamente, en cómo las aguas subterráneas contribuyen a este fenómeno, algo que no se había calculado en investigaciones anteriores.

Este descubrimiento pone de manifiesto la necesidad de una gestión más sostenible de los recursos hídricos subterráneos y de una mayor comprensión de cómo nuestras actividades humanas pueden influir en los sistemas naturales de la Tierra. La protección y conservación de los recursos hídricos se vuelven cada vez más cruciales para preservar la estabilidad y el equilibrio de nuestro planeta, y así garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.