Indígenas de La Montaña denuncian discriminación, abuso y matrimonios forzados en los campos agrícolas

Tlapa .- Indígenas que integran el Consejo de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas de la Montaña denunciaron la discriminación, el maltrato, el abuso sexual y los matrimonios forzados que sufren en los campos agrícolas de 21 estados de la República Mexicana, así como el abandono y el desprecio de las autoridades. 

En lo que va del año 2023, se han registrado tres muertes de niños y niñas mè'phàà en la zona sur de Mazatlán, Sinaloa, debido a la falta de atención médica y accidentes en los caminos, según informó Paulino Rodríguez Reyes, miembro del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan. Además, recordó que siete jornaleros fueron asesinados en 2022, en áreas donde operaba el crimen organizado.

Las jornaleras relataron casos de abuso laboral, acoso sexual y matrimonios forzados, especialmente entre las familias jornaleras. Niñas de los municipios más pobres, como Cochoapa el Grande y Metlatónoc, han tenido que huir para evitar ser forzadas a casarse por 150 mil pesos o 300 mil pesos. 

Martina Ramírez Domínguez, jornalera originaria de la comunidad de Ayotzinapa, señaló que sus derechos humanos más fundamentales son violados todo el tiempo. Habló de abuso laboral y acoso que sufren las mujeres e incluso del abuso sexual, ya que sabe de muchísimos casos de niñas que han sido abusadas. Y casi siempre las denuncias no son tomadas en cuenta y las víctimas enfrentan represalias por parte de los patrones.

Las familias jornaleras sufren la discriminación, los maltratos e insultos de los capataces y patrones solo por su condición étnica. El rezago educativo es alto y muchas de ellas no saben leer ni escribir. 

“Las mujeres sufrimos el doble o triple, somos madres de familia, hacemos la comida, lavamos, bañamos a nuestros hijos y tenemos que ir a trabajar igual que los hombres. En los campos agrícolas no hay una dependencia que proteja a las mujeres, aunque cargamos igual que los hombres, para nosotras no hay sábados ni domingos. No importamos, menos en los campos agrícolas donde no tenemos vivienda digna, no tenemos agua, ni baño, mucho menos guarderías para nuestros niños. Tenemos que cargarlos en nuestras espaldas para seguir en los surcos. Trabajamos, aunque nos pagan una miseria. Los migrantes sufren porque lo más que podemos aspirar son 250 pesos al día en el corte de verduras chinas” y, sin embargo, “Gracias a los campesinos hasta los mismos presidentes no les faltan las verduras y frutas que son cosechadas por las familias”, reclamó Rocío Ramírez Domínguez.

Para Hermelinda Santiago Ríos, de la comunidad Me’phaa de Francisco I. Madero, municipio de Metlatónoc, “las mujeres indígenas de la Montaña son las más olvidadas. Cuando vamos en camino siempre por ser jornaleros nos quitan el único dinero que juntamos para salir adelante unos días, sin embargo, la policía corrupta se lo lleva en sus bolsillos. Nos quitan lo del medicamento para nuestros hijos”.

Ante esta situación, el Consejo de Jornaleros y Jornaleras Agrícolas de la Montaña, integrado por indígenas provenientes de comunidades como Ayotzinapa, Chiepetepec (municipio de Tlapa), Cacahuatepec (municipio de Copanatoyac) y Francisco I. Madero (municipio de Metlatónoc) exige a las autoridades que tomen medidas para garantizar la protección y el respeto de los derechos humanos de la población jornalera, especialmente de las mujeres y niñas. 

Guerrero históricamente ha ocupado el primer lugar en la diáspora de familias jornaleras a los campos agrícolas del país. Cada año viajan más de 15 mil jornaleros y jornaleras para buscar trabajo en el corte de chile, jitomate y verduras chinas, sin embargo, en lugar de encontrar mejores condiciones, se enfrentan a una realidad llena de abusos y violaciones a sus derechos, afirmó Paulino Rodríguez.

✍📸 Con información y fotos de Tlachinollan