El español se erige como uno de los idiomas más hablados en la historia, con aproximadamente 500 millones de hablantes en todo el mundo. Este dato coloca al español en una posición destacada en el ámbito lingüístico global. La región de América Latina representa una parte significativa de esta cifra, albergando a casi tres cuartas partes de los hablantes de español del planeta. Esta predominancia lingüística se debe, en gran medida, a las conquistas históricas de la Corona de Castilla durante los siglos XV y XVI, que llevaron al español a convertirse en la primera o segunda lengua de la mayoría de los latinoamericanos. Incluso muchos de los millones de latinoamericanos que han emigrado de la región mantienen el español como parte fundamental de su identidad. México se posiciona como el país con la mayor cantidad de hispanohablantes en el mundo, con más de 125 millones de personas que hablan este idioma de raíces latinas, conviviendo en armonía con una rica variedad de lenguas indígenas, como el Náhuatl o el Maya. Curiosamente, España, con una población de aproximadamente 47 millones, ha visto cómo su estatus como cuna del idioma español ha sido eclipsado por países latinoamericanos como México y Colombia, que se convierten en las naciones mayoritariamente hispanohablantes más pobladas del mundo. En el contexto de la Unión Europea, conformada por 27 miembros, se encuentra aproximadamente el 5% de todos los hablantes de español. Estados Unidos, por su parte, alberga la segunda población de hablantes de español más grande en el mundo, con un poco menos del 10% del total global. Existe la proyección de que, para el año 2050, podría superar a México en términos de hablantes de español, en gran parte debido a la migración de millones de latinos que han hecho de Estados Unidos su hogar a lo largo de los años. Es importante señalar que, a pesar de la gran cantidad de hispanohablantes en Brasil, donde se habla principalmente el portugués, América Latina continúa siendo el epicentro cultural y lingüístico de la hispanosfera, una tendencia que se prevé persistirá durante décadas. El impacto de América Latina en el ámbito cultural y de negocios es innegable. Las telenovelas mexicanas han conquistado audiencias en todo el mundo, mientras que Colombia y Puerto Rico han producido superestrellas de la música de alcance global en los últimos años. Además, Argentina recientemente se alzó con el Globo de Oro a la Mejor Película de Lengua Extranjera en 1985. En las artes, los negocios, la cultura y la lingüística, América Latina ha asumido un papel central en el escenario global. Más allá de considerar la prevalencia del español como una barrera, se ve como un catalizador de la integración regional y la resolución de problemas transnacionales que la región necesita para prosperar en un mundo cada vez más interconectado. Con información de latinometrics.

México se posiciona como el país con la mayor cantidad de hispanohablantes en el mundo, con más de 125 millones de personas que hablan este idioma de raíces latinas.

El español, un idioma en expansión: América Latina en el centro

Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Zhejiang, en China, revela que las personas que consumen alimentos fritos con frecuencia tienen más riesgo de sufrir ansiedad y depresión. Los resultados mostraron que las personas que consumen frecuentemente alimentos fritos, especialmente papas fritas, tienen un 12% más de riesgo de ansiedad y un 7% más de riesgo de depresión, en comparación con aquellos que no comen este tipo de comida. Esta asociación es más fuerte en los hombres y los más jóvenes. ¿A qué se debe esto? Los científicos creen que la culpable es la acrilamida, una sustancia química que se forma cuando los alimentos ricos en almidón se cocinan a altas temperaturas, como en la fritura. La acrilamida puede causar inflamación y alteración en el cerebro, lo que podría influir en la salud mental, afectando el estado de ánimo. Además, las personas con depresión y ansiedad suelen recurrir a la comida frita o con grasa como una forma de obtener una recompensa inmediata que les alivie el malestar. Sin embargo, este hábito puede tener un efecto contrario y empeorar su situación. Por eso, los expertos recomiendan reducir el consumo de alimentos fritos y optar por opciones más saludables, como las verduras, las frutas, los cereales integrales y las proteínas magras. Estos alimentos pueden ayudar a mejorar la salud mental al proporcionar nutrientes esenciales para el cerebro y regular los niveles de azúcar&nbsp;en&nbsp;la&nbsp;sangre.

Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Zhejiang, en China, revela que las personas que consumen alimentos fritos con frecuencia tienen más riesgo de sufrir ansiedad y depresión.

Cultura

El español, un idioma en expansión: América Latina en el centro